Mis hermanos:
Seguimos celebrando a Jesús muerto y resucitado. Él vive y nos quiere vivos. Este es el anuncio que sigue resonando vibrante en nuestras comunidades cristianas, en nuestras comunidades parroquiales.
Alrededor del resucitado comienza a crecer la experiencia de la primera comunidad cristiana: los primeros discípulos, los apóstoles. Una cosa que ellos fueron aprendiendo a medida que la comunidad iba caminando es esto de compartir.
La palabra de Dios -en el libro de los Hechos de los Apóstoles- nos subraya esta dimensión. Ellos se encontraban frecuentemente; compartían la Eucaristía, la fracción del pan, como se le llama en la Palabra de Dios; y también compartían los bienes. Ponían lo que tenían a disposición de los Apóstoles y de la comunidad de modo que nadie pasaba necesidad.
Desde nuestro bautismo nosotros también somos parte de esta comunidad, que es nuestra familia, la Iglesia. Nosotros tenemos la experiencia del encuentro con Jesús muerto y resucitado; allí surge nuestra fe; y en el bautismo comenzamos a ser parte de la Iglesia. Comenzamos también a tener un vínculo particular, cada vez más estrecho, más fuerte, con esta comunidad de los discípulos. Ese vínculo genera en nosotros un compromiso, el compromiso de sostener la misión de la Iglesia, la misión evangelizadora.
A este domingo, el tercero del tiempo pascual, lo llamaremos desde ahora en adelante “Domingo del compartir”, porque en él se celebra la jornada nacional de reflexión sobre el Sostenimiento de la misión evangelizadora de la Iglesia. En toda nuestra patria se celebrará el “Domingo del Compartir”.
Reflexionaremos sobre la necesidad que la Iglesia tiene y la responsabilidad que tenemos los cristianos de sostener su misión evangelizadora. Con dinero, cuando se puede; con tiempo ofrecido, con talentos o capacidades puestas a disposición. Todos podemos y tenemos que comprometernos con el sostenimiento de la misión.
Tengamos en cuenta esto: el compromiso económico es expresión del sentirnos parte, del sabernos parte y ser parte de la Iglesia desde el bautismo.
Deseo que comiencen bien la semana y que Dios los bendiga mucho.
Mons. Héctor L. Zordán
Mensaje del Domingo 1 de mayo de 2022
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