Miles de personas veneraron este domingo a San Cayetano en todo el país, en otra jornada de fe y devoción que tuvo también a la Diócesis de Gualeguaychú como protagonista.
En la misa celebrada en la capilla San Cayetano de Gualeguay, el presbítero Carlos Marchesín explicó que "cuando hablamos del pan (…) no estamos hablando solo del pan cotidiano, el que llevamos y compartimos en la mesa familiar. Bajo el tema del pan involucramos la educación, la cultura, la salud y la recreación”.
Para Marchesín “todo lo que hace al bien del ser humano lo involucramos bajo el término de pan cotidiano. Todo lo necesario para vivir dignamente hace al pan cotidiano que lo ganamos con nuestro propio trabajo".
"Pedir por el trabajo es pedir que todos los trabajadores tengan derecho a vivir dignamente (…) y a desplegar su potencialidades " agregó.
En una de las celebraciones efectuadas en la Capilla San Cayetano de Gualeguaychú, el padre Jorge Almeida dijo que durante la Novena, la comunidad trabajó cuatro palabras: Fe, Pan, Paz y Trabajo; términos que ubicó en tres categorías de actitudes.
Al referirse al trabajo, Almeida habló de los que sufren por no tenerlo, de quienes lo tienen, de aquellos que trabajan por demás y también se habló de los que no quieren trabajar.
En otro tramo de la homilía, el párroco de Cristo Rey dijo que buscar la paz es “sanar”. “La paz no es solo ausencia de guerras, sino también buscar la reconciliación, la unidad. El cristiano tiene y debe ser solidario con el otro” sostuvo.
En Victoria, la actividad principal se concentró en la capilla San José Obrero, donde previo a la misa hubo una procesión por las calles del barrio. Allí, el padre Emanuelle Zapaterra, vicario de la parroquia NS Aranzazú, habló de su experiencia en Vicenza, lugar donde vivió San Cayetano.
“San Cayetano tuvo una educación católica. (…) Después de niño y adolescente se fue a estudiar derecho a la ciudad de Padua. Y luego viajó a Roma, pero antes se ordenó de sacerdote. Fue en Roma donde fundó la congregación que conocemos” indicó.
Zapaterra dijo que “San Cayetano es conocido en dónde nació. Pero allí no es tanta la devoción como en Nápoles, donde vivió la fama de ser ya un santo. Viviendo hizo milagros. Nápoles no se olvida de esta figura, de esta persona, y la devoción sigue dentro de la vida del pueblo”.
Finalmente, el obispo de la diócesis, Monseñor Héctor Zordán, invitó a los fieles a celebrar al santo, “por el cual muchos de nosotros tenemos una gran devoción. Tenemos en él un intercesor ante el Padre del cielo” indicó.
En esa línea, Zordán invitó también a acercarnos al mensaje de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, “Pan, paz y trabajo”.
Allí el Episcopado argentino expresa que pedir por el trabajo es pedir por todos los trabajadores y trabajadoras. Que tengan derecho a vivir dignamente del fruto de sus esfuerzos cotidianos y a desplegar sus potencialidades y talentos para aportar al crecimiento de nuestra patria.
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