"No miramos la Semana Santa como espectadores, sino acompañando a Jesús"

El obispo de Gualeguaychú presidió la celebración del Domingo de Ramos en la Basílica Ntra. Sra. de Aránzazu de Victoria.

La bendición de los ramos se realizó frente a la imagen de Ntra. Sra. de Fátima en la Avenida Centenario en el marco de una multitud de personas que participaron, junto a niños del colegio parroquial “John Kennedy”

Durante la misa, en el templo de la Basílica, el obispo reflexionó sobre la particularidad de la celebración del Domingo de Ramos, que va pasando del tono festivo con que se inicia, a la dureza de la pasión y muerte del Señor. “Es la misma dinámica de la Semana Santa donde de a poco nos vamos metiendo en la Semana Santa y el Triduo Pascual”, dijo.

Luego Zordán invitó a realizar este camino en su propio interior: “Que esta semana no sea una más, sino que nosotros, los discípulos de Jesús, nos vamos metiendo en el misterio de Jesús crucificado y muerto en la cruz para acompañarlo a Él. No miramos desde afuera, como espectadores, sino acompañándolo” dijo.

“Nosotros somos discípulos de este maestro que ha sido juzgado injustamente, condenado, crucificado y muerto en la cruz y por lo tanto no podemos ir por un camino distinto al de Él. Al escuchar el relato de la pasión vamos aprendiendo a ser sus discípulos y amigos”, comentó el obispo.

“En la Pasión encontramos muchas enseñanzas: cómo Jesús afectó el dolor, la crítica, el juicio del mundo, la muerte, la traición de los amigos. Cómo Jesús fue viviendo paso a paso este misterio del camino de la muerte. Nosotros queremos caminar por el mismo camino”.

Finalmente destacó que “en este relato se nos muestra sobre todo la misericordia de Dios. Hay tres frases que Jesús dice: “Padre, perdonalos porque no saben lo que hacen”, “Hoy vas a estar conmigo en el paraíso” y “En tus manos encomiendo mi espíritu”. Jesús abre el corazón y nos muestra el corazón de Dios que sabe perdonar, que valora al pecador arrepentido y le promete el Reino de Dios y el corazón del hombre que sabe que Dios lo sabe todo, y por eso Él tiene la última palabra y se confía en las manos de Dios”.