Bajo el lema “Jóvenes, seamos protagonistas del cambio”, se realizó este sábado 7 de mayo en la localidad de Caseros el 33° Encuentro Diocesano de Jóvenes.
Más de 300 participantes de las distintas parroquias y colegios de la diócesis se dieron cita para compartir una jornada de reflexión, oración y animación invitados por la Pastoral de Juventud y Vocacional.
El encuentro comenzó con una presentación en video de la historia de la pastoral y del equipo que la conforma, visualizando así la diversidad de lugares y carismas representados en la misma.
En un segundo momento los jóvenes participaron de mesas redondas en diversas áreas en las que se habían inscripto: profesionales, lúdica y artística para visualizar "dónde estamos". Los ejes que se trataron son: “La realidad joven: lo que nos preocupa/ duele/ atemoriza” ; “La realidad joven: lo que nos alegra/sostiene/da sentido” y “La realidad joven: las cosas en las que necesitamos ayuda/lo que no podemos solos.”
A continuación, se celebró la Eucaristía presidida por Mons. Héctor Zordán. En su homilía el obispo se refirió a Dios como un gran escultor: “de una adolescente que vivía en Nazaret, hizo la madre de su Hijo; de un pescador, Simón, Jesús hizo a Pedro que es piedra sólida; de Saulo, perseguidor de cristianos, Dios descubrió dentro de él a Pablo”.
Destacó que “Dios sabe mirar lo que hay dentro de un bloque de piedra para descubrir la estatua escondida”.
“Jesús también sabía mirar. Una vez se encontró con un muchacho que le preguntó qué tenía que hacer para ganar la vida eterna. Él le dijo que ya lo había hecho de pequeño y Jesús le dijo que vendiera todo y lo siguiera. Y dice el Evangelio que lo miró con amor. La mirada de Jesús es de ternura y por eso sabe descubrir la belleza que está escondida” reflexionó Zordán.
“Dios cuando mira y llama quiere sacar lo mejor de nosotros. Es capaz de descubrir lo mejor que hay en cada uno y nos invita a ponerlo al servicio de los demás”.
También dijo que “cuando hablamos de vocación estamos hablando de esta capacidad que tiene Dios para mirar con amor, dentro de cada uno de nosotros y descubrir lo mejor, invitándonos a ponerlo al servicio del bien común”.
“Para eso tenemos que dejarnos cincelar por Dios, con ese instrumento que el artista usa para modelar la escultura. Y en esto es importante saber escuchar. Escuchar a Dios en su Palabra y la oración para que pueda decirnos aquello grande que hay en nuestro interior. Y escuchar también a los hermanos que nos hacen descubrir la riqueza que tenemos en el corazón. Tenemos que acoger la mirada de Dios, dejar que Él nos mire. Así, seguro que va a sacar lo mejor de nosotros y nos va a invitar a ponerlo al servicio de los demás”.
Luego del almuerzo y un recreo para compartir se realizó una síntesis del trabajo de la mañana y reuniones en grupo por zonas pastorales con sus referentes.
La jornada culminó con un cierre por parte del obispo y un momento de oración.
La Misa durante el Encuentro:
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